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Son muchas las dudas que surgen en la empresa a la hora de plantearse realizar un vídeo corporativo. Analizamos las diferentes fases de esta pieza y los elementos a tener en cuenta. Si quieres hacer un video corporativo lee esto antes.

1. Análisis.
Las empresas suelen llamarnos pidiendo presupuesto de un vídeo corporativo. Hay que comentar que ningún proyecto es similar a cualquier ejemplo que se pueda aportar ya que las necesidades y los procesos para la creación serán totalmente diferentes.

Las empresas solicitan un vídeo corporativo cuando en realidad lo que están demandando es un vídeo de un producto tangible, un video de un servicio o bien un video tutoría de como funciona un producto determinado. Otras empresas solicitan un vídeo corporativo para emplear en una presentación o un evento cuando el tratamiento para este tipo de acción requiere de un tratamiento diferente.

Son muchas las ocasiones donde la productora no dispone de un plan de marketing o un brifing en e cual apoyare. Un conocimiento más amplio de la marca o bien el conocer cuales van a ser la finalidad de ese audiovisual. Y es que siempre existe la opción de realizar adaptaciones pero recordamos que el video son 25 fotos por segundo por lo que no hablamos de una imagen estática que requiere de mucha producción y preparación para que la suma de esas imágenes cumplan un objetivo y sobretodo cree retención de la audiencia o un conocimiento positivo de la marca o producto.

Por lo tanto es recomendable que la productora conozca en profundidad el objetivo de esta acción de comunicación, sus usos y distribución como herramientas que dispone por parte de la empresa para la ejecución. No hablamos de hacer una película donde existe un valor creativo directo, sino de una herramienta audiovisual que se apoya en todos los conocimientos del audiovisual para crear su propio mensaje de forma profesional.

2. Creatividad del vídeo.
Hablamos de la realización de la sinopsis, el tratamiento que le queremos dar y la aportación de guiones como animatics o storyboards donde la empresa pueda tener un primer contacto con la pieza que quiere desarrollar. Sería la productora la que con sus conocimientos de audiovisual se preocupará de la narrativa con el objetivo de hacer de la pieza una herramienta de comunicación que funcione y atraiga al target foco o destinatario final del audiovisual.

En la fase de creatividad decidimos el estilo de montaje donde ya si nos podemos apoyar en ejemplos de otras producciones para determinar la agilidad, el tono, la voz el estilo de músicas e imagen que queremos emplear.

3. Producción del video.
En esta fase es donde el equipo de la productora empieza a mostrar todos sus conocimientos y fortalezas basadas en la experiencia y el conocimiento industrial de los procesos audiovisuales. Será en esta fase de los productores trabajan con realizadores, directores de arte, sonidistas, etc, con objetivo de aportar todas las necesidades técnicas para el desarrollo de la pieza.

Poniendo un ejemplo, en caso de una empresa de postres es difícil emplear los postres originales para la elaboración del spot o video. Por lo tanto el conocimiento de técnicas de iluminación como el conocimiento de especiales en el sector agroalimentario (home economist) permitirá la creación de lo denominados ficticios que permite mostrar los postres de forma atractiva sin ser necesario los postres originales de la marca que podemos encontrar en un lineal.

La producción también agiliza el proceso de grabación ajustado y planificando las fases de rodaje, como locuciones, edición, animaciones 2D y 3D para que los diferentes equipos empleados en la producción compaginen sus procesos y se integren en la pieza final.

Hay que decir que son muchas las ocasiones que el esfuerzo realizado por producción es el mismo para una producción de bajo coste como de elevado coste, por lo que presupuestos bajos o ajustados mermará en los equipos a emplear en la fase de rodaje. Ello generará una merma en la calidad de la imagen final, lo que es una lástima ya que todo el esfuerzo generado quedará en un resultado mediocre.

4. Montaje y post-producción.
En esta fase es donde cogemos todos los elementos rodados o elaborados por los diferentes equipos de desarrollo (ambientación musical, audio FX, animaciones y efectos especiales, etc) y se editan de forma conjunta para conseguir el resultado final escogido. Como hemos comentado antes el esfuerzo humano siempre será el mismo, pero si el presupuesto no es acorde a las necesidades de la pieza que se busca los editores se encontrarán con imágenes de baja calidad técnica que les permita realizar el montaje final esperado. Hay que recordar que los mejores efectos son los que no se notan y son muchas las producciones que se quieren salvar en edición añadiendo efectos de video que nada aportan al mensaje y que empachan la pieza final con elementos que nada tiene que ver con el mensaje.

5. Entrega – Revisión.
En estos casos la empresa ha de valorar si la pieza cumple con los objetivos de comunicación y si se puede emplear dentro de su plan de marketing. Valorar que la inversión es la que es y que la necesidad de generar nuevos planos o calzar nuevas secuencias no planteadas hará que el montaje final no sea el deseado o nos de la sensación que el proyecto esté inacabado.

Es importante para la empresa valorar la creación de adaptaciones a otros idiomas o contar con versiones para sus canales de RRSS.

Por último aportar que la productora audiovisual enfocado a empresas no deja de ser una agencia de comunicación audiovisual, una agencia que tendrá en cuenta tanto imagen corporativa como sus objetivos de marketing y cuyo objetivo es ayudar a la empresa a comunicar. Por ello se pide en muchas ocasiones un muestra de fe por parte de la empresa que ayude a trabajar cómodamente y conseguir un producto de calidad. Son muchos los videos corporativos realizados cuya mejor versión siempre ha sido la primera y que tras se modificada de forma insistente por departamentos de marketing han quedado en piezas mediocres o piezas simplemente clavadas a la de la competencia lo que hace ser nada innovadores o aportar nuevos conceptos sobre la marca a su público objetivo.